martes, 31 de mayo de 2011

Opinión personal sobre Chema Madoz

OPINIÓN PERSONAL...

He elegido a Chema Madoz, porque ya conocía su trabajo y desde que me lo dieron a conocer por primera vez me sentí muy atraída hacia el.
Sus obras son trabajos que te hacen ver las cosas desde otra perspectiva, abrir la mente y buscarle el otro significado, por que sus fotografías tienen tantos significados o más que una obra escrita.
Creo que es un fotógrafo con un gran ingenio, su mirada tan peculiar encuentra siempre en los objetos más cotidianos la forma de sorprendernos. Esa manera tan hábil de jugar con conceptos y significados en escenas tan simples es realmente única.
Pocos de los aficionados a la fotografía no conocen a este maestro de la cámara.

lunes, 30 de mayo de 2011

CHEMA MADOZ

CHEMA MADOZ



Chema Madoz, reconocido fotógrafo español al que en el año 2000 le fue concedido el Premio Nacional de Fotografía. Ha realizado numerosas exposiciones individuales, tanto en España como en el extranjero, y el conjunto de su obra, además de ser respetada por la crítica, está alcanzando unas cotas de popularidad impensables para otros artistas contemporáneos.
Amante del blanco y negro, su obra recoge imágenes extraídas de hábiles juegos de imaginación, en los que perspectivas y texturas tejen sus imágenes.


SU OBRA...

Chema Madoz pinta ideas de plata. Con su trabajo abre espacios insospechados, formas de gran fuerza; y todo ello nos alcanza, porque nos recuerda siempre a algo y nos empuja a reflexiones sin límites. A través de sus fotografías avanzamos a comprender lo extraño de los atributos en las formas y los ciclos que se producen en la naturaleza. Desde la herencia de la funcionalidad artística de los objetos surrealistas, en donde la provocación racional unida al azar, provocaba un efecto poético, muchos han sido los artistas que han continuado con este ánimo conspirador, como Granell y Brossa. Sin embargo, Chema Madoz, se distancia de ellos trabajando desde la idea, desde lo intangible. Si bien necesita objetos para la realización de sus imágenes, estos desaparecen en la propia imagen. Sus obras tienen un carácter limpio cercano a las fotografías de Man Ray, con frecuentes cambios de escala, donde el poder evocador y poético resulta de la conjunción ordenada de elementos sencillos, sin apenas manipulación, y de la aparente inmediatez con la que se ha dispuesto el escenario para la acción.
Chema Madoz trabaja con el sentido de las cosas como si se tratara efectivamente de materia. La tarea de materializar el sentido es sin duda un ejercicio poético y, por ello, quisiera resaltar en primer término que se trata de una obra que produce una percepción esencialmente poética. Madoz utiliza los objetos y su representación gráfica como si fueran palabras de un vocabulario nítido. Analizando el azaroso mapa de señales que emiten las cosas desde el lugar que ocupan en el mundo, Madoz individualiza y desordena, confronta y manipula hasta conseguir mostrar un nuevo orden, una cara oculta del sentido, una nueva verdad simbólica que resalta por impacto el desorden de la lógica. Las cosas, los objetos, situados en un nuevo lugar, desnudos del entorno natural donde realizan su función, están ante la cámara emitiendo otras señales diferentes. Convertidos en signos están ahora literalmente hablando. O mejor, son imágenes que están literariamente hablando. Porque partiendo de la estética de la semejanza y la vecindad de referentes, Madoz desplaza el sentido natural de los conceptos a otras comprensiones explotando al máximo sus capacidades simbólicas y resolviendo su discurso con figuras en relación con el lenguaje: analogías, metáforas, paradojas o metonimias visuales que ofrecen al espectador un juego de percepción poética y le exigen una colaboración activa. La obra de Madoz tiene, por tanto, una amplia vecindad literaria. Sus composiciones se acercan al poema minimalista y a la contraposición de imágenes poéticas que produce una explosión metafórica.












"Corazón tan Blanco"

“No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era una niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se busçó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados. Cuando se oyó la detonación, unos cinco minutos de que la niña hubiera abandonado  la mesa, el padre no se levantó en seguida, sino que se quedó durante unos segundos paralizado con la boca llena, sin atreverse a masticar ni a tragar ni menos aún a devolver el bocado al plato; y cuando por fin se alzó y corrió hacia el cuarto de baño, los que lo siguieron vieron como mientras descubría el cuerpo ensangrentado de su hija y se echaba las manos a la cabeza iba pasando el bocado de carne de un lado a otro de la boca, sin saber todavía qué hacer con él. Llevaba la servilleta en la mano, y no la soltó hasta que al cabo de un rato reparó en el sostén tirado en el bidet, y entonces lo cubrió con el paño que tenía a mano  o  tenía en la mano y sus labios habían manchado, como si le diera más vergüenza la visión de la prenda  íntima que la del cuerpo derribado y semidesnudo con el que la prenda había estado en contacto hasta hacía muy poco. (…)”.
                                                                              De Javier Marías, Corazón tan blanco.   
 
 
   
 

"Retrato de 3 Famosos"

-Federico García Lorca-


-Picasso-


-Sofía Loren-

"Los 7 Pecados Capitales"

-Avaricia-

- Envidia -

- Gula-

-Ira-

-Lujuria-

-Pereza-

-Soberbia-

"Autorretrato"


"Etiopía"

[…]“Etiopía no se parece a ningún país de África, y podría decirse también que a ningún país del mundo. Es una nación que se sustenta sobre los mitos más que sobre la historia, una nación que viaja en el tiempo a caballo de la realidad y la leyenda. Casi vale decir que Etiopía es un país suspendido sobre un sueño de la razón […]”
 
Javier Reverte, Dios, el diablo y la aventura.